
12/8/2025 – En un mundo donde la inteligencia artificial se presenta como la solución a problemas más existenciales, el rol de la educación se debate entre la formación de pensamiento crítico y la delegación de tareas en sistemas tecnológicos. Es en este contexto que Gonzalo Echegaray, cofundador de CENOVA -el nuevo Centro de Formación Técnica que busca preparar a los profesionales para los empleos del futuro- emerge como una voz que no solo plantea la pregunta, sino que también ofrece una respuesta concreta para las nuevas generaciones.

Junto a su socio, Echegaray ideó CENOVA como una escuela de negocios especializada, nacida en mayo de este año. La iniciativa educativa, que cuenta con el respaldo de la Universidad de Flores, surge como una respuesta directa al explosivo crecimiento de Vaca Muerta y a la necesidad de profesionalizar la industria del oil & gas con talento local.
«Los sistemas educativos modernos deben servir para adaptar y comprender el mundo«, afirma Echegaray. Su visión se aleja de la teoría lineal y se centra en lo empírico, en un modelo que permite a los jóvenes aplicar los conocimientos de forma inmediata. El corazón de CENOVA tiene como misión formar perfiles técnicos y generar un puente directo entre el sistema educativo y el sector privado.
Echegaray explica que el modelo de negocio fue gestado con un análisis exhaustivo de la industria. «El 80% de nuestros participantes trabajan o han trabajado en la industria. Esto está muy pensado para aquellos de entre 18 y 25 años que quieren entrar en la industria que hoy constituye Vaca Muerta a nivel mundial».

Los cursos; que van desde las 20 horas cátedras hasta diplomaturas de 200; están estructurados para ser «la previa» (quizás) a una carrera universitaria formal, ayudando a los jóvenes a descubrir su camino profesional. A través de módulos nivelatorios en ciencias básicas, los estudiantes transitan hacia la especificidad, decidiendo con una mirada crítica y sin la «definición externa de una inteligencia supletoria».
El valor competitivo de CENOVA es evidente. Con 90 propuestas educativas en su catálogo, la institución se ha ganado la confianza de empresas como Tecpetrol, con la que colabora en programas pro-pymes, capacitando a cerca de mil alumnos al año. «Nosotros brindamos un espacio de contención educativa y acompañamos en ese camino desafiante», destaca Echegaray.

La cercanía geográfica de CENOVA y su propuesta competitiva no solo reducen costos, sino que también agregan valor de networking, permitiendo que profesionales del mismo sector se encuentren y conecten. En un esfuerzo por mantenerse a la vanguardia, CENOVA incorporará en septiembre y octubre una estrategia novedosa: el uso de simuladores virtuales. «Serán todos diferentes según los módulos, por ejemplo, para seguridad e higiene», detalla Echegaray. Esta aproximación busca hacer el aprendizaje más «lúdico y atractivo», despertando en los estudiantes el deseo de adquirir conocimientos de una manera dinámica y resolutiva.
El compromiso de CENOVA se extiende más allá de las aulas. Con las empresas de la región actuando como un consejo consultivo, el centro asegura que su oferta educativa se alinea con las necesidades reales del mercado. Si bien no existe un compromiso de salida laboral garantizada, esta intervención de múltiples sectores crea un flujo de contactos que a menudo genera oportunidades de empleo. En definitiva, la propuesta de Gonzalo Echegaray y CENOVA es una apuesta por el crecimiento intelectual de las nuevas generaciones, entregándoles las herramientas para dudar, interrogar, investigar, ejercer y crecer. Es una iniciativa que busca devolver la capacidad de tomar decisiones y de construir un futuro profesional con bases sólidas en una industria en plena expansión.